viernes, 28 de septiembre de 2007

Primera noche. Primer día.

... ¿La primera noche en la residencia? Triste. Vacía.

Ese amargor... Aquello -no muy diferente de pura y dura soledad- era como un ácido que tenía que sacarme de dentro junto con un buen montón de sentimentalismos.
Lo hice. A duras penas, pero lo conseguí.
Después adaptarse no fue fácil... Cómo te llamas, qué estudias, de dónde eres... No recuerdo haber preguntado más en mi vida. Demasiada información, mucho que observar, amigos que buscar... Y sólo han pasado seis días allí.
Mil novedades atacándote juntas. Una mansa -y reconfortante- rutina aún inexistente.
¿Ellas? Casi todas de Farmacia o Enfermería, formando una apretada piña agrupadas según su carrera. Dos o tres son agradables. De las 24, ninguna de Biología.
¿Ellos? Mucho más fáciles de tratar, casi siempre con una amable conversación, más habladores, más simpáticos. De los 86, sólo uno primerizo en Biología, y no está en mi clase.
¿Amigos? Ya he hecho. Todos chicos; siete en total . De Zamora, de Cuenca, de Logroño, de Vitoria, de... Estupendos.
Ahora sí. Sí con amigos...
Me siento un poquito más como en casa.

... ¿El primer día en la facultad? Interesantísimo. Genial.

Esa sensación... Aquello -no muy diferente de pura y dura expectación- era como un bálsamo que me bañaba por dentro junto con un buen montón de nuevas inquietudes.
Lo disfruté. Espero seguir haciéndolo.
Después adaptarse fue asombrosamente fácil... Cómo te llamas, de dónde eres, nos sentamos juntos... Salvo en la residencia, no recuerdo haber preguntado más en mi vida. Demasiada información también, mucho que observar, amigos que buscar... Y sólo han pasado cinco días allí.
Mil novedades rodeándote juntas. Una mansa -y reconfortante- rutina ya existente.
¿Ellas? Agradables, de mis mismas ideas. Enseguida hemos conectado y comenzado a trabar amistad. Algunas de ellas futuras médicos, enfermeras o biotecnólogas que no pudieron entrar.
¿Ellos? Exactamente lo mismo. Responsables, simpáticos. Unos cuantos no pretendían estudiar Biología, pero aquí están. Bastante cercanos.
¿Amigos? Ya he hecho. Chicas y chicos. De Salamanca, de La Palma, de Cáceres, de Zaragoza, de... Unos de futura bata y otros de futura bota -como yo-; pero todos biólogos.
Ahora sí. Sí con amigos...
Me siento un poquito más como en el colegio.
No puedo actualizar tan a menudo como me gustaría. Gracias por seguir leyéndome a pesar de todo. Seguiré informando de mis aventuras y desventuras en Salamanca.

sábado, 22 de septiembre de 2007

De color siena tostada

Insisto en que ya debería estar allí, pero ni caso.
Maletas con y sin ruedas, cajas, mochila, la lámpara de lava que me regaló mi hermano, y otras tantas cosas ya están en campo charro. Pero él no.
Mi corazón se cruza de brazos y, aunque sigue en mi pecho -allí late-, me mira enojado y se niega a partir. Dice haberse envenenado de estas calles, de mi infancia, de toda una vida en Palencia.
Argumenta que no está listo para marchar. Que quiere empaparse de lo que lleva alimentándose dieciocho años. Que es un órgano provinciano, de ciudad pequeña y gris, de caras conocidas y días sin lluvia.
Yo le tiendo una mano; y Salamanca es también -mi querida- Castilla, y ciudad pequeña aunque de color siena tostada, y las caras serán conocidas, y allí tampoco llueve.
Entonces me mira, y da un pasito hacia mí. Reniega; y un tranco más. Se siente un poco como un péndulo entre este hogar y otro.

viernes, 21 de septiembre de 2007

Intensidad

Salgo de una anestesia que jamás quise inyectarme. Que tus venenos corran por mis venas junto con tu carácter.
... Aunque a veces consigo algo parecido al olvido, una mala imitación de independencia de ti, me sonrío y sigo adelante. Sé que bastan tus ojos verdes para que arda París. O tu cercanía, o algunas palabras, o la risa tuya. Digamos que bastas tú. Para todo.
Eres como un astuto felino. Pero nadie como yo te caza; y cuando te busco de veras -porque quiero, porque lo necesito- te encuentro. Siempre.
Hoy... Hoy tan sólo quería verte y poder afirmarlo una vez más: me gustas. Estoy en pleno acceso de fiebre de ti. Por eso tan sólo escribo tonterías gastadas, nimiedades que todos han escuchado ya. Me concedo un rato, unas líneas concentradas a diario; para manejaros a ti y a la intensidad con que me atrapas.
¿Sabes? No querría conocer a quien pudiera hacer que te olvide. Una criatura tan fascinante seguro que sería peligrosa.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Intentándolo

... Voy gestando una novela, aunque tal vez aborte en relato.
Siempre lo intento. Nunca acabo. Los personajes se me van muriendo apenas nacen; y piden el fin de la historia. Yo me siento incapaz de torturarlos y obedezco.
¿Alergia a los diálogos?
No. Pero sí incomodidad entre ellos. De ahí su escasez entre mis ficciones. Pensar y no hablar, qué absurdez. Cómo puedo creer que un pensamiento suple una palabra... No lo puedo evitar, es mi estilo.
Así que escribo, y empiezo rápida, y... lo dejo. Una vez más.
¿Cuántas páginas incompletas? ¿Y vidas apenas esbozadas... ?
Basta.
Me cuesta dar un nombre a mis creaciones. Mucho más a mis personajes. Mujeres, niñas, chicas... Ellas casi no existen en mis historias. Corro peligro de divagar.
Pero nunca nada fue fácil.
Esto, tampoco.
Por eso sigo intentándolo.

martes, 18 de septiembre de 2007

Souvenirs

Que sí... Que te quiero.
Puede que odie el Verano porque desgarra tiempos, y espacios; y te arrebata de mi lado. Porque vacaciones son antónimo de verte a diario. Porque .
Porque no soy parte de ningún rebaño de enamoradas y tópicos, y porque Junio, Julio y Agosto no rimarán contigo jamás.
Tal vez no hable de ti en días; y dos veces no basten al resto.
Pero es que nadie entiende... Así me gusta. Creed que no es cierto.
Ayer volviste a mirarme como recordaba. Tres meses no harán que cambies.
Puede que hayas crecido, pero un pesado arcón del pasado sigue siendo tu equipaje de mano.
Y... ¿Sabes? Todos los souvenirs se parecían a nosotros.

lunes, 17 de septiembre de 2007

Dzí... ¿Cómo hadz dzabido que dengo dentizta?

Lástima que mis dedos no se vean afectados por la anestesia -que ahora mismo hace que la mitad de mi boca vaya por libre-; porque sino sería todo un ezpeztáculo vedme ezcdibid de la midzma maneda en que vocalidzo.
Sí, hoy he tenido dentista. Y ante semejante acontecimiento -mirad en los periódicos; de Madeleine nada, que la noticia del día soy yo- no puedo por menos que redactar este limón ácido.
Para empezar, los dentistas odian las efes. Es algo que tengo comprobado; ya que vayas a lo que vayas a su consulta saldrás sin pronunciar esta simpática y larguirucha consonante como lo hacías antes -el pareado va por cuenta de la casa-. Y encima, justo después, necesitarás hacer uso de ella:
-Bueno... Ya hemos terminado... ¿Qué tal?
Ff-fantástico!
-¿Viste ayer el partido?
-¿De ff-fútbol? No es mi ff-fuerte...
-No, de baloncesto. Da igual... ¿Quieres un cigarrillo?
-No, gracias, no ff-fumo.
-¿Y qué te parece la victoria de Rusia?
-Ff- fatal que perdiéramos... ¡Qué ff-fastidio!
-Oye... ¿y esas efes tan raras?
-¡¡Que te ff-follen!!
Por otra parte, y viendo que mi dentista se ha apuntado a la moda de los zuecos selenitas, la confianza que inspira desciende peligrosamente. Vamos, todo un odontólogo -que con sólo decirlo ya se te llena la boca- con esos zapatos Ágatha-Ruiz-de-la-Pradianos... Es como si Umbral -cuando estaba vivo- llevara una bufanda con el arcoiris del orgullo gay.
Mas cuidado, el dentista es un ente poderoso a pesar de los zuecos. Su magia deja a Houdini en bragas. Y si no, ¿en qué otro lugar vas a una simple revisión y sales con cuatro caries? Ya no hablemos si el tío está inspirao'... Que entonces igual te encuentra un yacimiento de petróleo.
Aunque, como a todos, lo que le gusta al dentista es pasárselo bien. Por eso te pone al lado esa enfermera hierática, que siempre sostiene algo punzante y lo único que hace es decirte que te enjuagues -¡pero como voy a hacerlo; si seguro que escupo el empaste!-; para que te acojones.
Y lo logra,, porque yo siempre salgo de la consulta con agujetas de tanto agarrarme al borde del sillón. Que digo yo que tendrá un presupuesto exclusivo al mes en tapicería.
Otra cosa que me mosquea es el olor a cerdo quemado que sale cuando usa el torno. Sí, ya sé que la que está ahí soy yo... Pero es que el olor es ése... Yo por eso siempre pido anestesia: entre esa dosis de Percherón que te enciscan, la luz cegadora estilo al-final-del-túnel y el runrún del revulsivo tubo chupa-salivas me quedo de un relajado subido.
Bueno; la anestesia lo que tiene es que luego hablas como si estuvieras borracha. Eso, y que te puedes pegar un bocao' que te lleve media lengua y tú tan campante... Que eso me ha pasado a mí... Tanto "muerde fuerte" no es bueno, si lo sabré yo...
Cambiando de tercio, un lugar que merece una mención especial es la sala de espera. Si está vacía te maldices como la única pringada que va allí. Si está llena, también, porque todos se miran entre sí como autocompadeciéndose. Yo creo que los tratados de paz y estas cosas se firmaron en una sala de espera... ¡lo que une!
Aunque, con diferencia, lo mejor del dentista es su timbre -que siempre suena algo así como "din-don-dan-don". Esta vez la magia del cacharro hace quedar a Harry Potter como un papanatas, porque es pulsarlo y... el dolor desaparece.
Lástima que entonces sólo tengas unos segundos para huir. La enfermera gélida te abrirá en milésimas.

sábado, 15 de septiembre de 2007

Mercenaria

Quisiera rebanarte el cuello con la navaja de Ockham.
Eso haré;. No dudes en que me convertiré en una mercenaria. Asesinaré dudas hasta que todas ellas -las que sobrevivan a la matanza- enloquezcan de miedo sólo con verme.
Y tengo un cómplice; sí. Alguien a quien culpar de mis locuras, de estas letras incoherentes. Tiene mi edad, pero es mayor. Es Melancolía, satisfecha en su nuevo papel. Fue actriz de mi dicha, activista de mi felicidad, parte y pieza de todos mis puzzles.
Ahora siega las malas hierbas que crecen en mi camino. Sin disfraces, mantos negros o guadañas.
Tan sólo sonríe y ya todo es más fácil.

viernes, 14 de septiembre de 2007

La janava de Ockham

Guillermo de Ockham es un tío chulo que además de tener un nombre más feo que el Fary chupando un limón -con todo el respeto por ese pobre cítrico- es filósofo. O al menos eso dice él.
Es un religiosillo, y para rendir culto a Dios no se le ocurre nada mejor que dedicar su obra al Altísimo. Según él, su objetivo es demostrar que Él es todopoderoso y omnívoro, quiero decir, onmipotente.... Y sí, el muy tonto no se dio cuenta de que esas dos palabras significan lo mismo...
Así que Guille, Guillermito o Willie hace su primera afirmación: los universales no existen... Muy bien, pero... ¿qué narices es un universal?
Pues -por poder- podría decir que es un concepto que el 95% de los de mi clase jamás llegó a pillar. Ellos se lo aprendían y soltaban el rollo como los papagayos, sin tener ni idea. Reconozco que el universal éste se las trae: resulta que según nuestro amigo Willie un universal es "aquella realidad que es conjunto de singulares y que no existe en verdad, siendo en la medida en que los singulares son"
Vale, sí. Lo que yo decía. Este Guillermito me lo ha robao', dirán algunos. Dejad que os lo explique:
Un universal viene a ser un concepto que hemos inventado para hablar de conjuntos de cosas en singular. Por ejemplo, si decimos "perro" nos referimos a todos los perros del mundo y no a ninguno en concreto. El sujeto "perro" colectivo de todos los canes del mundo no existe más que en nuestras mentes, aunque sí todos los animales que lo componen.
¿Y para qué sirve esto?
Dice Ockham que nosotros utilizamos el simplísimo concepto de universal -insértese ironía a porrillo- poco más que para hablar entre nosotros. Dice también que esto es malo -aquí ya te imaginas la cantidad de traumas infantiles que debía de tener- porque "se pierde el detalle, el verdadero conocimiento del singular"
¿Cómorr?
Pues sí, cítricos. Willie defiende los singulares como el auténtico objetivo de nuestro estudio. Según él, si estudiamos los universales -aquí yo aprovecho para preguntarme, ¿pero no eran imaginarios?- perdemos el detalle que caracteriza a cada ser.
¿Y eso por qué?
Pues porque Ockham afirma que una muestra de la onmipotencia de Dios es el hecho de que ha creado a cada ser de la naturaleza diferente a los demás, sin rasgos comunes que puedan agruparlos en univerasales. Y Guillermito saca las siguientes conclusiones:
1) Los universales no existen, pues al contener a los singulares, limitarían el poder de Dios, obligándolo a seguir un "esquema" (sí, esto huele a "diseño inteligente" que apesta)
2) El verdadero conocimiento es el conocimiento de los singulares (es decir, que para poder afirmar que sabes de algo, tienes que conocer todos -pero todos, todos- los detalles y variantes del temita. Y si no, nada)
3) Los universales no sólo son nocivos para nuestro saber, sino que son herejía (bueno, eso último no lo dijo pero le faltó poco)
Y con estas tres conclusiones tan molonas y guays del Paraguay, Willie se saca de la manga su argumento más famoso y seguramente el favorito de tantos gitanillos: la janava, quiero decir navaja, de Ockham.
Como Guille es más chulo que un ocho, primero va y nos lo enuncia en latín: "Entia non sunt multiplicanda praeter necessitatem"
Como el 99,9% por cierto de la población no entendemos esta lengua muerta, se decidió y nos lo tradujo a "en la explicación de un suceso no debe suponerse la existencia de más realidades que las absolutamente necesarias"
Veamos dos ejemplos prácticos y actuales:
1) Ella no te llama: No es que haya sido abducida, o se haya fijado en otro, o sea lesbiana, o no le gustes, o tenga dudas, o vayas demasiado deprisa, o lo vuestro no sea posible... Lo más seguro es que se haya quedado sin saldo.
2) Suspendiste el examen: No es que el profe sea un cabronazo, ni que haya sido muy difícil, ni que te hayas quedado en blanco, ni que leyeras mal la pregunta, ni que no te pudieron chivar, ni hay una conspiración en tu contra... No... Es que no estudiaste; y punto.
Así que ya véis por qué Ockham lo llamó navaja: porque con ello eliminas de raíz todos esos supuestos y paranoias altamente amargantes.
... Por una vez, debo reconocer que Willie tuvo razón. Me apunto a llevar una siempre en el bolsillo.

lunes, 10 de septiembre de 2007

"La circulación es como el 4...

...; lo mismo es 2x2 que 3+1"
Es una de las frases favoritas de Julio durante las prácticas. Según él, esto quiere decir que cada vez que coges el coche te encuentras una carretera -quiero decir vía, hablemos en lenguaje trafiqueril- diferente, así que hay que conducir "adaptando la velocidad a las reacciones del resto de usuarios y al propio vehículo"
No es una exageración; estas parrafadas me las suelta asín, sin respirar. Y eso que sólo llevo 5 prácticas.
Bromas aparte, dice Julio que a mí se me vio ya el segundo día que me iba a costar... Pero, ¿el qué? ¡Si llevo un coche mágico!
Y... Antes de que penséis que el Verano ha podido definitivamente conmigo y con mi -poca- cordura, dejadme que os cuente por qué ese Golf plomizo no es corriente como la electricidad:
1) Nunca se cala (y no es porque Julio le eche mano al embrague)
2) Sale solo en los semáforos (y no es porque Julio lo suelte a medio embrague)
3) Frena solo (y no es porque Julio lo frene)
4) Si sueltas todos los pedales no pasa nada (y no es porque Julio los accione)
5) Y muchos más milagros automovilísticos (todos ellos, claro está, producidos por mi dilatadísima experiencia al volante)
Debido a este excepcional vehículo, llevarlo es un juego de niños, aunque... He de decir que hoy he conducido bajo condiciones extremas: a las 8 de la mañana -teniendo en cuenta que el sábado me acosté a las 6-, oyendo a Jiménez Losantos hablar alegremente de la vuelta al cole -porque la maldita radio se atascó en la COPE-, con un tráfico que ríete tú de los anuncios de Activia y con el cartel de la Autoescuela chirriando peligrosamente sobre sus goznes... Vamos, que me daba miedo hasta frenar no sea se me soltara y me desgraciara algún peatón insensato...

viernes, 7 de septiembre de 2007

Otoño

Apenas queda una quincena; un ridículo montón de días que odiar.
Ya dije que el Verano es mi cruz. Calor físico, frío mental. Ausencias, musos en vacaciones, un todo camaleónico que gusta disfrazarse de nada.
Por eso odio lo que queda. Es mi venganza hacia una estación que cada año me acecha, tranquila sabeedora de mi debilidad. Odié el ayer; odio este hoy igual que odiaré la mañana que vendrá... Pero el mío será un odio premeditado, tan desapasionado como real.
Odiaré, ; pero no por ello dejaré que el estío venza... Me sé más fuerte que él, porque he aprendido que Melancolía ha crecido. Sabe cuidarse solo; y no sin cierto temor compruebo que no siempre me extraña cuando nos alejamos.
Por eso puedo detestar con tranquilidad esta quincena. Por eso Verano trata de ignorar sus recientes escalofríos -y compone como puede una sonrisa insegura-; porque sabe que yo no le temo como antes.
... Y es que Otoño rima con co... razón.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Practica la práctica... y sé práctica

... Hace mucho que no os hablo de mis periplos automovilísticos, ¿no es así?
Pues bien, allá por mediados de Agosto mantuve una interesantísima conversación telefónica con Julio -el inefable profesor de la Autoescuela Castilla- que fue como sigue:
-¿Hola? ¿Pablo? -Pablo es el que coge las llamadas.
-¿Sí? -pregunta alguien al otro lado.
Ese tono me es familiar... quizá demasiado.
-¡Julio! -¡le he reconocido!- ¡Soy Alicia!
-¿Alicia? ¿Alicia? -ruido de papeles; seguro que me está buscando entre las fichas para saber quién soy.
Para ahorrarle el trabajo, recurro a algo que nunca falla:
-Sí, hombre... La que te dijo que la señal de "viento lateral" indica siempre que el viento sopla hacia la derecha... -lo que hay que hacer.
-¡Ah, claro, ya caigo! ¡Haberlo dicho antes! -pero qué cabrón; aunque a mi pesar sonrío- ¿Te vienes hoy a hacer una práctica?
Joé, Julio, eso se avisa, ¡que estoy de vacaciones!
-Es que... esta semana no puedo, porque estoy fuera -me preparo para un "excusas, excusas" por su parte, pero no.
-Pero hombre... Si sería cierto -¿os he comentado que Julio es palentino de pro y esto se nota en su uso confuso del condicional?- no estarías llamándonos, ¿no? ¡Que las vacaciones no son para eso!
Vale, admitimos esa respuesta como animal de compañía...
-Ya, pero... -intentona de no sé muy bien qué.
-¡Ni pero, ni pera! -ja, ja, ¡pero qué gracioso!- ¡En cuanto vuelvas te quiero ver aquí!
Y sin más, colgó. Pero yo oí su risilla de "la he acojonao" antes, así que no me preocupé.
Hace varias semanas que he vuelto, pero Tráfico cierra en Agosto y hasta ayer no ha comenzado de nuevo a examinar para el práctico. Por fortuna, algún diestro conductor aprobó ayer, y eso ha sido causa para... ¡comenzar las prácticas con Julio!
(Siguiendo su tónica, me avisó con 3 minutos de antelación de que empezábamos ya)
¿Ventajas? Pues sí; el coche de Julio -un Golf color plomizo, diésel- es el nuevo, el que aún va suave como la seda ("por algo es el jefe", dice Pablo) y está más trucado que los de "A todo gas".
¿Desventajas? Julio en sí; o más bien debería decir sus cosas: que si me pone el Carrusel deportivo mientras conduzco, que si el primer día va y me saca a autopista -yo a 140 y él "dale, dale, acelera más"- que si de vez en cuando despotrica a grito pelao' contra algún insensato peatón... Bah, tonterías como éstas...
Sin comentarios la forma en que tiene de mostrarte por vez primera los mandos:
-Y éste es el freno -una frenada de órdago, como para subrayar sus palabras-, y éste el acelerador -lo mismo, pero corriendo- y el embrague -una pisada más a fondo que un sprinter-, y claro, el claxon -una pitada de 7 segundos cronometrados que causó un cuasi-infarto a un viejillo que pasaba por ahí.
¿Y los intermitentes? (o siendo cursis, indicadores luminosos de dirección) Yo me esperaba un "da el de la derecha" o "intermitente de la derecha". Pero de eso nada; Julio habla otro lenguaje especial del que os ofrezco un práctico diccionario:
1) "Súbelo" = Da el intermitente de la derecha.
2) "Bájalo" = Da el intermitente de la izquierda.
3) "A fondo" = De ti depende el adivinar a cuál de los tres pedales me refiero, pero písalo... a fondo, claro.
4) "Me gustaría parar a ver cómo van estos pisos que están haciendo..." = Esto es una cuesta, quiero que pares y no se te cale.
5) "¡Bueno!" = Suelta el acelerador.
6) (En lenguaje corporal, bajar la ventanilla y mirar la calle ociosamente) = Creo que puedo quitarte el ojo de encima sin aumentar los riesgos de accidentes bastante mortales.
Así que ya veis. Hoy ha sido mi segunda práctica y no debo de haberlo hecho tan mal, porque Julio se ha despedido con estas palabras: "A otras les tengo que decir que más alegría y a ti lo contario, que menos... Si serías tan amable de venir mañana para la próxima a las 8 menos 5... "
(Jesús, qué sobresaltos)

martes, 4 de septiembre de 2007

Quizá

... Más que nunca; y como nunca antes, siento que algo se acerca.
Esta vez no es Melancolía, pues ayer solté su mano unos instantes. Fueron apenas unos segundos, lo sé, pero bastaron. Y, extrañamente, sé para el qué.
Bastaron para despedirme de ella -al menos, hasta que terminen las fiestas. Pobre. Me mira llorosa y me siento obligada a sellar una vez más esa promesa tan obvia que nunca he formulado: "No... No me separaré de ti, no temas, no tengas miedo"
Esto no es un adiós, sino un hasta luego.
Tal vez se hayan alineado los planetas, o alguien pronosticó con hojas de; porque quizá hoy sea mi día... Quizá.