martes, 26 de agosto de 2008

Hoy, triste (V)

Ayer sintió ternura hacia las hermosas quimeras de la pantalla de un cine. Hoy repentinamente le muerde la derrota.
Hoy, triste.
No dispone de mucho tiempo, pero una semana puede eternizarse mágicamente sin que el nivel de dolor disminuya ninguno de sus días. Sí. El tiempo es un antiséptico que escuece.
Leer sus palabras tampoco ayuda. A veces cree atisbar una poderosa certeza que momentáneamente sacia su sed de ellas; aunque sepa bien que sólo son mentiras que su mente inventa. Bellos disfraces para la horrenda realidad.
Queda tan poco para el peor día del año -que sólo lo es para ella.
Hoy, triste.

viernes, 22 de agosto de 2008

Marcada por la L

Puedo afirmar -y afirmo- que ya soy poseedora del llamado permiso B de circulación, que me autoriza a conducir vehículos de tres ruedas y cuadriciclos de hasta 3500 kg de m.m.a., automóviles cuya m.m.a no exceda de 3500 kg y cuyo número de asientos, incluido el del conductor, no exceda de 9 (pudiendo llevar enganchado un remolque cuya m.m.a no exceda de 750 kg), conjuntos de vehículos acoplados (compuestos por un automóvil de los que autoriza a conducir el permiso de la clase B y un remolque superior a 750 kg de m.m.a siempre que la m.m.a. del conjunto no exceda los 3500 kg y, la m.m.a. del remolque no sea superior a la masa en vacío del vehículo al que está acoplado)
¡Y a la primera! Aunque bueno, cometí una falta leve (tardar en entrar a una rotonda) y otra deficiente (pisar el cebreado al salir de otra) ¡No importa! ¡Toma ya! ¡Que les den a las prácticas! ¡Por fin podré hacer las rotondas como me salga y no cederle el paso a los viejecillos en taca-taca! ¡Y que les den a los STOP!
... Pero, claro está, no me he ido de la autoescuela sin un buen puñado de anécdotas, como cuando Julio me mandaba acelerar como una posesa al salir a una autovía:
-(Julio): Venga, dale con brío...
-(Yo): ¡Ya voy, ya!
-(Julio) (Pisando su acelerador): Venga, ¡que tienes que salir por lo menos a 130!
-(Yo): ¡Pero Julio!
-(Julio): ¡Ni Julio ni Mayo!

Ingenioso, ¿verdad? Pues mirad cómo de otra situación aparentemente anodina -íbamos circulando por una calle ya muy trillada- se saca una gracieta de la manga:

-(Chica): En esta calle no miro, que es vieja.
-(Julio): ¿Y en una nueva sí que mirarías?
-(Chica): ¡Claro!
-(Julio): ¿O sea, que me estás diciendo que si veo una mujer joven debo mirarla, pero si es vieja no?

¿Y qué decir de aquel célebre consejo que nos dio en la víspera del examen tan sólo para picarnos? (considerando que él sólo da clase a chicas):

-(Chica desesperada por aprobar, CDPA): Pues yo me voy a poner minifalda el día del examen.
-(Julio): No me hagáis locuras... que yo voy ahí delante y tengo que mantener la compostura...
-(CDPA) (Indignada): ¡Julio!
-(Julio) (Guasón): ¿Qué? ¡A ver si os creéis que yo no tengo ojos!

Julio también nos ha obsequiado con frases de una inmensa sabiduría (aunque de dudosa ética) tales como:

Hay que parar cuando molestes al peatón, y si no, ¡que le den por culo!”
Hay que parar en los pasos de peatones, pero si no cruzan por ellos, ¡que les den por culo!”
“Este semáforo siempre te lo comes… Debes de tener más hambre que los pavos de Manolo” (que oyeron cantar "Trigo verde" y se comieron el transistor)
“¿Sabías que algunos coches tienen tercera?”
“¡¿Pero qué c*** haces?!”
“No sé , pero a mí no me apetece irle siguiendo la pista a este más que respetable autobús…”
“Ten cuidado al buscar bordillo, que como te subas o te metas una ostia te digo yo la nota que vas a sacar en el examen… Una pista: es redonda y no, no es un volante
“¡Dale, hombre! ¡Aprovecha que el coche no es tuyo!”

Y muchas otras... Echaré de menos escribir estos limones. No descarto seguir con ellos ahora que ya tengo carnet...