jueves, 8 de diciembre de 2011

Diamante

Eres como un diamante.
Tu núcleo es vulgar carbono, como el mío, como el de otros; como el de ese bello cuadro, como el de ese montón de mierda.
Eres tan corriente como raro.
Porque tu carbono, tu esencia, el material común que vertebra tus extraordinarios sueños, sólo se torna único bajo presión. No todos la soportan.
Pero tú sí.
Y cuando te muestras, cuando al fin brillas —¡ah, cuando brillas!—, todos quieren poseerte. Te buscan y manchan esa búsqueda con sangre. Pagarían cualquier precio. —todos lo sabemos— que las mujeres de la galaxia entera quieren uno como tú.
Aunque siempre se empeñan en cambiarte. Te pulen para que afloren todas tus facetas, y te transforman en un ser frío y extraterrestre.
Yo... yo te encuentro bello tal y como te encontré.
Sé que existen mil y una imitaciones de ti, quizá más fáciles y perfectas. Pero no te quiero sólo para lucirte.
Quiero que seas mi diamante. Mi amante de día.