La llave
¿Y cuando sabes que algo corre veloz hacia ti, a punto de escaparse?
¿Te moverás? ¿Correrás a atraparlo?
La valentía puede esfumarse en esos escasos segundos que anuncian la llegada de algo grande, de la oportunidad. Buscamos la llave que nunca tiramos. Entonces abrimos el baúl de las excusas tontas -viejas y descosidas por haberlas utilizado mil veces ya. Pero siempre encontramos alguna perfecta para la ocasión.
Y con una gran sonrisa la repetimos una vez más. Y el tren llega, nos deslumbra con su luz. Se nos escapa de entre los dedos. Y nosotros no nos movemos. Olvidamos que ese formidable viento que trae nos despeina, nos encanta. Con un gesto -sereno- nos apartamos el pelo de la cara.
Y observamos la luz trasera del convoy; las vías que lo alejan de nosotros. Y nos parece recordar algo. Algo amargo.
¿Te moverás? ¿Correrás a atraparlo?
La valentía puede esfumarse en esos escasos segundos que anuncian la llegada de algo grande, de la oportunidad. Buscamos la llave que nunca tiramos. Entonces abrimos el baúl de las excusas tontas -viejas y descosidas por haberlas utilizado mil veces ya. Pero siempre encontramos alguna perfecta para la ocasión.
Y con una gran sonrisa la repetimos una vez más. Y el tren llega, nos deslumbra con su luz. Se nos escapa de entre los dedos. Y nosotros no nos movemos. Olvidamos que ese formidable viento que trae nos despeina, nos encanta. Con un gesto -sereno- nos apartamos el pelo de la cara.
Y observamos la luz trasera del convoy; las vías que lo alejan de nosotros. Y nos parece recordar algo. Algo amargo.
6 comentarios:
Buf... yo he dejado pasar unos cuántos trenes, sí, lo de las excusas me ha resultado muy familiar. De un tiempo a esta parte ya no lo hago, pero quién sabe si el último tren que iba a donde yo quería habrá pasado ya...
Me ha encantado.
Entre la impuntualidad de los trenes y la de los pasajeros...
Las excusas son tan humanas que me resisto a pensar que desaparecerán alguna vez. Lo malo es cuando no funcionan de cambio de vía, sino de freno de mano.
Kutxi: Por lo menos es innegable que cuando un gran tren se acerca podemos notarlo. Podemos; aunque lo dejemos pasar... Al fin al cabo todo termina reduciéndose a nuestra voluntad... Me alegro de que te haya gustado ^^
Mariano: Hay excusas y excusas. Las hay que retrasan trenes, los hacen descarrilar, cambian su destino... Vaya; al final la metáfora ésta es mejor de lo que pensaba ^^
Besicos de limón
La conciencia conoce perfectamente las excusas, y nos lo hace saber transmitiendonos un profundo malestar, sobre todo cuando ocurren fruto de la pereza y la desgana..
Yo suelo coger hasta trenes de mercancías sin pensar, una vez arriba ya tendré tiempo de averiguar donde voy.. No siempre tienen un destino agradable pero, que carajo, me encantan los viajes :)
:****
y no lo olvides, bucamos una escusa perfecta y tonta y la repetimos hasta la saciedad, hasta creernosla....hasta donde podemos llegar??!!
Y_W: Los trenes siempre paran, por muy veloces que sean. Otra cosa es que nos neguemos a subir el ridículo peldaño que nos separa del viaje...
Ohdiosa: Ése es el problema, que jamás olvidaremos las excusas, siempre a punto para ser utilizadas...
Besicos de limón
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