viernes, 29 de junio de 2007

La ley del veterano

En la autoescuela rige la ley del veterano. O al menos eso es lo que dice Julio.
No existe una biblia autoescueril, tampoco unas tablas de mármol de Carrara con los 10 mandamientos. No. Pero más te vale saber lo que puedes o no hacer...
Si eres novato puedes hacer los test de cada tema y los del numerito verde. Los rojos no se tocan -son los chungos para los tipos más duros del Oeste-; so pena de fallar 20 de 30 como mínimo. Yo creo que esta diabólica casualidad es para que te aprendas bien los colores del semáforo... que es algo más que un antiguo programa de televisión...
Ser novato, además, te obliga a sentarte en los pupitres de la parte izquierda. Esa circunstancia nos une a todos como un estigma invisible. Miras a tu alrededor y sabes que estás entre semejantes; entre personas que, como tú, no distinguen una señal azul cuadrada de otra redonda, con cara de asustados y algún que otro tic espasmódico.
Y te sientes bien.
Aunque en esta zona también existen jerarquías: uno es más novato cuanto más cerca de la primera fila se siente. Ahora mismo yo me siento en la antepenúltima fila; preparo mi paso a la zona X, a la élite, al "comité de expertos", como dice Julio.
Sin embargo, debiera de haber una señal de dirección prohibida -¿ves qué dominio, Julio?- a tu derecha. Les señala a ellos. Y ellos.. son los veteranos. Cuando Julio te pregunta te atropellan -paradójicamente están en una autoescuela- y responden.
¿Por qué? Porque saben más que. Ya han visto los 17 capítulos del libro por lo menos una vez; y dominan. O eso creen. Han cogido más confianza -son más viiivos- y se han dado cuenta de que el código no cambia con la cara de Julio. Eso lo hace sólo para engañarte, para que te cueste mantenerte en tus trece. Y lo hace bien, el condenado. Si Julio mirara fijamente a Sobera y viceversa se produciría una explosión tal que arrasaría el mundo.
Como decía, los expertos -algunos de ellos más colgados que un jamón- vacilan a nuestro peculiar docente. Y por eso, Julio, más imparcial que Salomón, se dedica a elaborar preguntas retorcidas cual hélice de ADN a los mismos. A veces complica tanto las cuestiones que cuando quiere repetirlas no se acuerda de los mil y un detalles con que las aderezó. Es entonces cuando pienso que este hombre tiene alma de guionista, sí señor; ¡qué imaginación!
-Si circulo con mi permiso B de 14 meses de antigüedad con un remolque de masa máxima autorizada menor de 750kg, por una autopista de dos carriles para cada sentido y me dispongo a adelantar a un derivado de turismo... ¿puedo invadir el arcén derecho si este está afirmado, mide 1 metro y no es transitable?
Pues francamente no lo sé, Julio, ¿pero a que no me la repites saltando a la pata coja?

3 comentarios:

nonamenosurname dijo...

jaja eso en mi autoescuela no pasaba. Los veteranos se mezclaban con los novatos como si tal cosa. Se les notaba su veteranía en que la mayoría ya se habían ido de fiesta alguna vez con nuestro profe... por lo demás eran iguales. De todas formas yo sería la veterana de honor: llevo 2 años matriculada en la autoescuela (aunque solo fui una semana para preparar el teórico) y aún no tengo el permiso... este año lo saco seguro... solo me queda el práctico y tengo un año para presentarme sin perder el teórico. Qué desastre!

Mariano Zurdo dijo...

Ahí me has dado. Es que no hice la mili, así que sólo puedo contar historias de autoescuela. Claro, que yo cuando fui se hacía la guerra a empujones... Y fui poco. O nada. No lo recuerdo...

Zitrone dijo...

Alizia: No te preocupes; a mí seguro que se me va a dar mal eso de las prácticas, así que... de momento yo le pongo una vela a San Cucufate ^^
Mariano: ¿Tienes el carnet? ¡Cualquier clase de experiencia me es válida para aprender un poco más!
Besicos de limón