viernes, 26 de enero de 2007

Descubrimiento

Dije que sus ojos están en permanente discordia con sus labios. Dije que sólo cuando no se siente observado su sonrisa y su mirada expresan lo mismo sin contradicción.
Lo dije y es cierto.
Pero hoy he descubierto otra forma de ver ese raro fenómeno.
Yo salía del colegio, camino a casa, bien arrebujada en mi abrigo negro, de cara al viento helado, con la nariz enrojecida por el frío seco de Castilla, cuando noté un repentino calor en la nuca.
Miré hacia atrás, asustada.
Qué tontería.
Sólo era él, que me estaba observando fijamente. Tal vez su boca estuviera torcida en un rictus amargo. Tal vez. Pero yo sólo podía ver sus ojos, puesto que sus labios y nariz habían desaparecido, ocultos por su bufanda.
Por encima de la lana me escudriñaban sus ojos, intensamente. El tímido sol de Enero daba de pleno en ellos, convirtiendo sus pupilas en diminutas puntas de alfiler. El verde tierra de su iris captaba destellos amarillentos. Cuando nuestros ojos se cruzaron se me antojó la palabra complicidad.
Y yo juraría que él sonreía.

4 comentarios:

Ohdiosa dijo...

aaahhh! pero qué emocion! hablame/nos de él, cuenta qué es lo que ocurre...quién es?? quiero saber! quiero conocer esos ojos!

(qué cotilla que soy...lo sé...pero es que me tienes emocionadisima con esta historia)

Zitrone dijo...

La curiosidad es algo muy natural y beneficioso, Ohdiosa.
Me parece normal que quieras saber algo más. Yo sé, pero siempre quiero saber más y más de él...
Una vez que te muestre sus ojos no te preocupes, iré contando la historia... ;)

¡Ah! ¡Ah! ¡Me muero, idiota! dijo...

A mi también me tienes enganchada pequeña limona castellana!

:)

PD: no crees q es que se unieron boca y ojos en uno y por eso sonrió?

Zitrone dijo...

Tienes razón, no lo había pensado así.
Bueno, pensé que había sonreído porque vi sus ojos reír, recuerda que llevaba bufanda... Aunque creo que estás en lo cierto ;)
Seguiré contando más. Me alegro de que os guste mi particular historia