lunes, 24 de marzo de 2008

Un hombre solo

Él estaba allí, tan solitario como sólo un hombre solo puede estarlo.
Yo le observaba, mucho más cercana de lo que él suponía.
La pelirroja también estaba a su lado; como una gata coqueta. Él acariciaba su traje de cristal tibio con sus manos cálidamente frías. Ella. Oh, sí. Ella; brillando rojiza y seductoramente bajo las lámparas. Mirándolo con sus ojos de malta líquida. Deliciosa, y fascinante; llena de ángulos imposibles, eterna amante de los hombres solos.
(Como él)
Pero él no la miraba.
A mí tampoco.
Entre sus manos hacía girar un anillo. Aquel aro plateado bailoteaba torpemente entre aquellos también torpes dedos. Había salido de uno de ellos -del anular; dejando una marca roja, muda testigo de su larga estancia allí- y ahora danzaba con todos.
Polvo al polvo.
No quise interrumpirlo. Me pareció que pensaba en algo muy importante; aunque no supe por qué. Pero respeté su silencio.
Y entonces se puso el anillo otra vez.
Y seguía estando solo.
Aun sin conocerlo a fondo -o quizá sí- deseé que hubiera encontrado respuestas. Le supuse merecedor de ellas; aunque sus preguntas fueran terribles.

7 comentarios:

Tempus fugit dijo...

Las burbujas de la cerveza guiñan los ojos a los hombres solitarios... Las respuestas.... a veces no existen....

besos...

Belén dijo...

Bueno, a veces la soledad si está buscada en el fondo de una botella :)

Besossss

dintel dijo...

Encontrar respuestas... lo siempre deseado.

Zitrone dijo...

DC: Yo espero que las encontrara en compañía de la pelirroja. O por él mismo. Qué sé yo.
Belén: En este caso la soledad pareció intrínseca en él durante un instante que se me grabó a fuego...
Dintel: Aunque a veces son difíciles de afrontar, sí; son lo que todos buscamos.
Besicos de limón

Isabel Sira dijo...

Es bonito. Las respuestas...

Blasfuemia dijo...

yo soy de las que pienso que no debemos de tener miedo a las respuestas, sino a las preguntas.

Un saludo

Zitrone dijo...

Arwen: Gracias...
Blasfuemia: Gracias por pasarte, ¿nos leemos? Es cierto que a veces las preguntas son mucho más aterradoras que sus respuestas.
Besicos de limón