viernes, 25 de mayo de 2007

Lo siento. Perdóneme.

Ibas por la calle, encorvada, anciana. Una viejecita encantadora.
Te pisé sin querer y supongo que debió de dolerte mucho, porque me gritaste con tu voz ajada, me señalaste con tus manos apergaminadas y me taladraste con esos ojos que seguro habían visto mucho más mundo que yo.
Yo me disculpé como pude y recogí tus bolsas, que se te habían caído al suelo. De entre ellas asomaba un bote de comida para gatos, y a una velocidad de vértigo te imaginé rodeada de mininos, en tu casa, sentada en un cómodo sillón de orejas.
No me dejaste explicarme. Intenté una y otra vez decirte que si te había pisado cuando pasabas por detrás mío no fue por mi culpa. Retrocedí un paso y te lastimé sin querer; eso fue todo y quería decírtelo. Pero no pude. Tú seguías gritándome aunque algo más débilmente. Gruñías un no se qué contra mi generación. Creo que nunca he visto a nadie más dignamente ofendido que tú.
Entonces volví a verle. Seguía asomado a una de las ventanas del pasillo. Dejé de escucharte muy a mi pesar, y añadiste el vocablo maleducada a tu discurso.
Yo no podía apartar la vista de aquel minúsculo ventanuco de la fachada de mi colegio. Él estaba allí, con esa camiseta gris que tanto me gustaba; con esa sonrisa pilla que... Pegaba la cara al cristal y me sacaba la lengua; como un demonio travieso. Le saludé con una mano, y, ahora que lo pienso, con el corazón encabritado también.
Y tú callaste y me observaste. Algo parecido a una sonrisa pero infinitamente más comprensivo se dibujó entre las arrugas de tus labios. Comprendiste de repente que si te había pisado fue porque le vi; a él y a sus malditos ojos. Entendiste por fin por qué lo hice. Me perdonaste y meneaste la cabeza como quien ya sabe.
Entonces me susurraste aquello. Y yo te obedecí: le tiré un beso al aire.
Beso que él recogió. Beso que él me devolvió.

9 comentarios:

MerylSpider dijo...

clap clap clap (futil onomatopeya de aplausos). Sin palabras.

Un saludo.

nonamenosurname dijo...

Aunque parezca mentira yo esto lo he vivido. No lo contaría tan bien como tú pero la situación fue muy graciosa (para quien lo viese). Salí de la autoescuela y estaba esperando a mi exnoviodelquesigoenamorada. CUando llegó estuvimos hablando un rato en el portal y yo gesticulaba y utilizaba todo mi cuerpo para expresar la satisfacción que sentía al poder volver a verle. Por detrás apareció una de esas viejecitas que pasan la tarde al sol haciendo la fotosíntesis y como era pequeñita y apareció por detrás pues plaf! le dí sin querer con mi mano-contenta de volver a ver a mi exnoviodelquesigoenamorada. Al principio ella me gritó, más por el susto que por el golpe, mientras yo le intentaba explicar que no me había dado cuenta etc. y lo peor es que mi exnovio se reía y el marido de la señora también, por lo cual me era imposible mantenerme seria ante tal situación. Al final la cosa terminó de forma que ella me contó que se había roto la cadera dos veces, que tenía 80 años y que ya el otro día le había pasado algo parecido, que cuanta energía tenemos los jóvenes y nosequecuantas cosas más que ya no alcancé a oir porque su marido tiraba por ella del jersey para que fuesen a casa que ya iba a ponerse frío.

Scarlett dijo...

Que sabia ancianita que supo el por qué de tu despiste y te dio un buen consejo :-)

Pingüino dijo...

... Ancianas, estoy indignado con las ancianas, con esas ancianas que simplemente por su edad se creen con derecho a comportarse con malicia y egoismo, que sólo por cometer un error te tachan de majadero y sinvergüenza y, cuando te disculpas, te miran peor pensando que eres un maleducado y que una disculpa no basta para ellas. Detesto que se tomen tales derechos que yo debería otorgarles, que se atribuyan una "necesidad de respeto a todo riesgo" que no se tiene sino se otorga.
Pero siempre aparece una anciana nostálgica, digna y comprensiva que no me mira mal por inercia, ni desconfía y que, en la parada del autobús, acude a mí para ayudarla a subir sus bolsas, preguntarme la hora o el trayecto del transporte.
Ojalá todas fueran así (que tampoco es cierto pero, en fin, las prefiero sumamente).

Mariano Zurdo dijo...

Yo atropellé a un anciano con mi maleta de ruedas sin querer y se puso como una furia y no aceptaba mis disculpas y me cagué en su...
A mí por desgracia, no me salvaron unos ojos...

Zitrone dijo...

Mrylspider: Muchas gracias
Alizia: Tocaya mía, entiendo perfectamente lo que te pasó. Tuve suerte de que no me tocara una anciana del género Viborensis Centebarians que tanto abunda...
Scarlett: Un gran consejo, sí ^^ Apuesto a que a ella le pasó lo mismo alguna vez...
Penguin Boy: La mayoría de las ancianas son así; unas pocas se escapan del saco... Anda, como lo que dicen de nosotros, los adolescentes...
Mariano: ¡Ancianocida! :)
Besicos de limón

Ohdiosa dijo...

aayy si es que unos ojos así pueden hacerte perder el equilibrio, tropezar, perder tu camino.....

pero yo creo que es algo delicioso...que te enloquezcan hasta tal punto unos ojos verdes...

kutxi dijo...

Es una historia muy bonita, y perfecta para un corto, por cierto.

Besos.

Zitrone dijo...

Ohdiosa: Delicioso e inquietante... A veces pienso lo mucho que me fascinan...
Kutxi: Me alegro de que te guste mi historia. En cuanto a lo del corto, yo vivo esta escena una y otra vez en mi mente; soy la guionista...
Besicos de limón