Manzanas envenenadas
... Dicen que si continúas
a algún sitio llegarás.
Siempre me gustó caminar.
Huye sin mirar atrás,
yo quizás estaré bien.
¿Ves?
Te sonrío,
aunque se me esté partiendo el corazón.
El olvido es un jardín del Paraíso
y tú su fruto prohibido;
tus ojos dos manzanas envenenadas
a las que -ya no puedo- renunciar.