Hoy, triste (II)
Ayer sólo era capaz del silencio. Hoy piensa en la derrota.
Hoy, triste.
No debería torturarse así. Para qué. Si él no puede verla. Está a 205,6 kilómetros de distancia y a un milímetro infinito de quererla.
Sonríe. Pero... pero es una sonrisa triste.
Para no llorar se imagina que esto es una película. Que en algún momento antes de que lleguen los negros créditos y suene una marcha fúnebre, él la besará. O que existe un mágico botón de rebobinado directo al pasado, al tiempo de las ausencias y las oportunidades.
Y vuelve a sonreír. Esta vez es de verdad.
Muy racionalmente sueña con locuras. Sueña con 1500 días felices ajenos a ella. Con 48 periódicas horas de agonía. Sueña con el puto Verano. Aún le teme.
De repente imagina sus ojos gritando "No".
Y sonríe cuando una flecha venenosa se le clava en el corazón.
Hoy, triste.