miércoles, 30 de abril de 2008

Soneto al amianto

Noche malvada, noche envenenada,
no mires atrás, sonríe por favor;
le temo tanto a ese puede ir peor.
... La realidad tiene buena pegada.

Ciento veinte por sesenta segundos
y mi hierro cada vez más oxidado.
Terminó por caer el candado
que nos separa a los dos del mundo.

Bailé con mi muerte y no me mató.
Tal vez me quiera o quiera revender
este corazón que ya nadie cató.

Bajé a los infiernos y no pude arder.
El diablo -con amianto- fuerte me ató
a las quimeras y rosas del ayer.
Sí, sigo sin internet disponible y por ello sólo puedo escribir -y leeros, siempre aunque no tenga tiempo de comentaros- cuando vengo algún que otro fin de semana a casa. En una libreta se me acumulan ideas para relatos y poemillas que espero poder ofreceros pronto.
Mientras tanto seguiré agradeciendo infinitamente vuestras visitas y comentarios. Y, por encima de todo, vuestra comprensión. Gracias.